sábado, 12 de octubre de 2013

El mundo en el que…¿vivimos?


Un mundo en el que las personas necesitan inventarse una historia para justificar que viven. Esto en mi tierra se le llama tener cuento, mucho menos interesante.

Un mundo en el que los errores propios se pagan caro, pero los demás quieren que les salga gratis. Bendita palabra: gratis.

Un mundo el que los demás exigen el doble de lo que ellos ni siquiera pueden dar. Por pedir que no quede, eso sí eso de dar, solo si el beneficio se multiplica para beneficio propio.

Un mundo en el que hay tanta estupidez que hay gente que necesita avisar por las redes sociales durante 15 días que es su cumpleaños para que le feliciten y así sentirse querido. Eso es como jugar al solitario y hacerse trampas.

Un mundo tan estúpido que hasta yo mismo dedico tiempo a expresar lo que me inquieta. El caso es que voy a seguir haciéndolo, mañana solo es seguro que sale el sol, el resto está por ver.

Un mundo que funciona con química, física e historia, con cada persona tenemos una de estas tres cosas. Incluso rara vez las tres.

Un mundo en el que me gustaría contar cosas que jamás creeríais; pero luego os tendría que matar a todos por no guardar el secreto.

Un mundo en el que el orgullo es una lacra porque los que mas lo son, son los que mas humildes deberían de ser y los mas humildes no sacan ese orgullo cuando serían los que mas derecho tendrían a hacerlo. Paradojas de la vida.

Un mundo en el que todo es aparentemente tan diferente pero no es nada distinto.

Un mundo en el que como dijo DJ Sneak: “Es gracioso cuando la gente dice que eres negativo al decirles la verdad, pero ellos te aman cuando les dices lo que ellos quieren escuchar de ti”.

Un mundo en el que nadie quieres pincharse con las espinas de la rama para disfrutar de las rosa y su olor.

Un mundo que se hace vulgar por la falta de respeto, pero que no cuidamos para convertirlo en lo contrario.

Un mundo con imbéciles que solo desean que llegue el viernes cuando no se dan cuenta que algún día echaran de menos el resto de la semana.

Un mundo en el que la gente necesita decir que esta feliz, cuando no lo está. Claro, engañarse es gratis.


Un mundo en el que los propios saqueados abuchean a un juez porque ha metido al ladrón que les robó en la cárcel.

Un mundo en el que es fácil ser positivo: solo hay que mentir.

Un mundo en el que algunos verán la forma de este texto y otros verán el fondo, quizá los menos.

Un mundo en el que unos verán que estas líneas son negativas, otros las verán realistas e incluso a otros les motivará.

Un mundo de ciegos con ojos que miran pero que no ven.

Un mundo en el que la gente “ama las marcas” como si eso fuera lo mejor que le ocurre, en vez de amar otras cosas.

Un mundo en el que alguien me leerá a escondidas sin decirme que lo ha hecho.

Un mundo en el que como dijo un amigo: “antes de joder a alguien preferimos jodernos nosotros”. Si, algunos somos así.

Un mundo que esta lleno de perfectos imperfectos, como yo, que comete errores y encima los repite para asegurarse de que están bien hechos.

Un mundo que tiene miedo a decir lo que siente. Eso si, exigen que los demás se lo digan.

Un mundo en el que todos queremos que nos encuentren, pero realmente hacemos algo nosotros por buscarlo?

Un mundo en el que los que más deberían de hacer no hacen; me incluyo en este grupo.

Un mundo en el que hay gente que es todo lo contrario a lo que le gustaría ser; incluso hacen todo lo que no les gusta, deseando hacer lo que sienten.

Un mundo en el que unos cuantos soñamos, y eso hace que cometamos errores; es lo que tiene soñar.

Un mundo en el que también hay gente dispuesta a dar y que no encuentra a quien.


Un mundo el que la gente que nos desea lo mejor cada día es la que más necesita que la cuiden, esas personas sacan fuerzas de donde no las hay para darnos todo, y son las que hay que prestar mas atención.

Hay otro mundo; pero ese está haciéndose.